Soy Patricia Canales y llegué al Centro de Podología MIP en 2017, aconsejada por la persona que atendía una tienda de artículos de ortopedia. Desde el primer momento, la experiencia fue excepcional. Ahí conocí a María Ignacia, quien me brindó una atención que superó todas mis expectativas: muy dedicada, minuciosa y extremadamente amable. Su profesionalismo y calidez humana me hicieron sentir en confianza y bien cuidada. Desde entonces, he convertido mis visitas a la clínica en una rutina mensual indispensable.
Lo que más destaco de la clínica es el nivel de profesionalismo que demuestran en cada sesión. La amabilidad y disposición del personal son inigualables, siempre atentos a las necesidades de los pacientes. La puntualidad es otro aspecto que valoro enormemente; nunca he tenido que esperar más de lo necesario, lo cual es muy apreciado en mi apretada agenda. Además, al finalizar cada sesión, te agendan de inmediato para la próxima cita y te envían un recordatorio por WhatsApp, lo cual facilita mucho la organización.
Recomiendo al Centro de Podología MIP sin dudarlo porque hacen su trabajo con verdadero amor y dedicación. Siempre te reciben con una sonrisa, lo que crea un ambiente muy agradable y acogedor. La clínica es amplia y muy limpia, lo que refleja el cuidado y la atención al detalle que ponen en todo lo que hacen. Además, la ubicación es excelente, ya que está literalmente a la salida del metro.
En resumen, mi experiencia en la clínica ha sido inmejorable. La combinación de profesionalismo, amabilidad y comodidad hace que cada visita sea una experiencia positiva. Estoy muy agradecida por el servicio que ofrecen y por cómo han mejorado mi calidad de vida desde que comencé a asistir.